Los pequeños y medianos negocios se han preguntado hasta ahora si valía la pena estar en Internet. La respuesta es sí. Y una manera de estar ahí es a través de las redes sociales, una herramienta más para fidelizar a los que ya son clientes, estableciendo al mismo tiempo comunicación con los clientes potenciales. Además de la mejora de la imagen y reputación online, las redes sociales permiten aumentar el tráfico de calidad en la web y tener más notoriedad en el ámbito local.
Antes de empezar, es importante analizar la competencia, cuál es su presencia en Internet, qué hacen y si les funciona o no, para desmarcarse y tener ventaja competitiva. Según Facebook, por ejemplo, el 85% de los usuarios de nuestro país seguían a una pyme en 2017 en esta red social. Por lo tanto, hay que estar, escuchar lo que dicen de tu negocio y aportar información. ¿Los resultados? Conectas con las diferentes audiencias, multiplicas las conversiones y obtienes beneficio.
1. Definir los objetivos y el público
Hay que tener claros cuáles son los objetivos empresariales para identificar concretamente los objetivos de la actividad en redes sociales. Podrían ser los de aumentar el tráfico en la web, promocionar un producto, mejorar la imagen de marca o su notoriedad, etc. Según los objetivos, se escogen unas redes sociales u otras, las que más se adapten a las necesidades de cada negocio. También hay que localizar y definir cuál será el público objetivo para preparar el contenido dependiendo de sus intereses.
2. Contenido atractivo
En las redes sociales, se debe generar y compartir contenido que resulte interesante para los seguidores. Conectar emocionalmente con ellos es imprescindible para que vean que todo lo que les ofrecemos es útil. El contenido debe estar adaptado a cada red social y el mensaje tiene que ser claro: los vídeos, fotografías y artículos deben ser originales. Este contenido marcará la diferencia competitiva y representará un valor añadido entre las empresas del mismo sector. Importante: tener todos los perfiles siempre actualizados y no abandonarlos.
3. Estar al día de las tendencias
Hay que saber qué está de moda en cada momento, qué mueve y gusta a nuestros seguidores. Las redes sociales son un mundo que no para de cambiar día a día y de innovarse. Por eso, hay que estar al día, para tener éxito y captar la atención de los usuarios. Analizando el comportamiento de nuestros seguidores y la forma en que se relacionan con nosotros, podemos saber lo que les gusta más y lo que menos. Puede que, alguna vez, tenga que recurrir a la improvisación pero siempre se debe trabajar desde el conocimiento y la originalidad.
4. Establecer kpi’s
Son indicadores que permiten conocer la evolución de los datos de interés extraídas de cada red social. Cada una tendrá unos kpi’s determinados que indicarán si los resultados son positivos o negativos en relación con los objetivos. Estos kpi’s podrían ser: nº de seguidores, de likes, visualizaciones, comentarios, comparticiones, suscriptores, alcance, etc.
5. Atención al cliente
Son canales de comunicación bidireccional. Por lo tanto, sirven para transmitir el mensaje que se quiere hacer llegar al público objetivo, pero también para que los clientes y leads contacten con la empresa cuando les interesa. Dudas, sugerencias, incidencias y quejas son atendidas a través de estos canales con el objetivo de dar una respuesta lo más rápido posible.
Teniendo claros todos estos conceptos y con una estrategia de Social Media que se adapte a las necesidades empresariales, el número de visitas online aumentará y tendrá un mejor posicionamiento, siendo cada vez más competitivos en el sector. Se recomienda contactar con expertos como KIWOP para saber qué canales son los más adecuados para enfocar su estrategia en redes y para gestionarlas. Recuerda que el hecho de no estar en las redes sociales no significa que no se hable de tu negocio, positiva o negativamente.
Si quieres tener la web que deseas o aumentar la visibilidad online de tu marca, sabemos cómo hacerlo.
¿Empezamos hoy?
Deja una respuesta