El concepto de “branding” es algo que lleva creciendo desde hace bastante tiempo.
¿Pero sabemos realmente a qué hace referencia?
Si quieres averiguarlo, quédate y toma algunas notas. ?
El branding es algo más cercano a una filosofía de marca y un enfoque para hacer el trabajo, que una estrategia.
Es la gestión de TODO lo referente a la identidad, y lo que se pretende es construir una experiencia de marca coherente, diferenciada y que perdure en el tiempo.
Dentro, tenemos la construcción, el crecimiento, la maduración y la gestión de una marca.
Por lo tanto, no es solo para un proyecto, para el logotipo o para el punto de venta.
Es el cómo se hará todo desde el principio hasta el fin, con una serie de valores marcados, y con el manual al lado si hace falta.
Si el marketing se mueve en el entorno “físico” y sobre un producto, el branding pertenece más al mundo de las ideas, y hace referencia al conjunto de la marca.
Aparte del que os hemos explicado, el branding corporativo, también existe el branding personal.
Es bastante reciente como concepto, pero siempre ha estado presente.
Se trata básicamente de trabajar ese rastro que dejas al interactuar con los demás, de forma que te diferencias de los demás, te identifican, etc.
Se aplica sobre todo en el entorno más digital.
Sabemos que la marca es aquello que nos diferencia de la competencia (que a veces es mucha). ?
Entonces, si el branding nos ayuda precisamente a construir una marca única y que perdure en el tiempo, es definitivamente importante.
Si aplicamos un buen branding, obtendremos reconocimiento y posicionamiento dentro del mercado, de forma que nos elijan antes a nosotros.
¡Y ya no solo eso!
Con lo complicado que se ha vuelto conseguir impactar a nuestro público con técnicas tradicionales, es ahora el momento del branding.
La mayoría de marcas pueden conseguir buenas calidades de producto o de servicio, por lo que es el valor emocional el que hace realmente la diferencia.
Os introducimos a raíz de esto el término Lovemark, que hace referencia precisamente a la relación emocional con los consumidores, pero de la marca, no del producto.
Hay que conseguir vínculos y relaciones.
Y ahí es donde entra el branding.
El branding nos da ciertas ventajas a varios niveles. Decir que es el pilar para construir una marca TOP es quedarse corto.
Para crear un buen branding, es necesario seguir una serie de pasos o tener unas cuantas cosas en cuenta al ponerse a ello.
No puedes simplemente crear una marca y punto. Antes, necesitas saber a dónde quieres llegar con ella.
¿A qué público nos dirigimos? ¿Qué podemos ofrecerles?
Hazte algunas preguntas y respóndelas, hasta que consideres que lo tienes claro.
La identidad de tu marca es el principal elemento diferenciador que tienes. Se les pueden vincular valores e ideales.
Lo que tienes que conseguir es que se enamoren de ella, no solo por los productos sino por toda la filosofía que se transmite.
Para conseguir esto lo más fácil es ser siempre honesto con tu público.
Cuando se hacen las cosas mal, se admite, y cuando se hacen bien, se celebra.
Hay que ser cercanos, y nunca mentirle al público: de esta manera te ganarás su confianza.
Hoy en día, por desgracia, es cada vez más complicado llegar a los consumidores. Los mensajes a través de la publicidad ya no llegan igual.
Para ello es importante ver a los consumidores como personas, no solo como números.
Es importante que analices hasta qué punto tu público está implicado contigo. El feedback y la comunicación entre ellos es importante.
El boca a boca hace mucho, así que hay que analizar cómo se comportan los usuarios entre ellos.
Es importante que al inicio decidamos con cuidado dónde queremos que se vea nuestra marca, ya que eso también es imagen.
Es interesante analizar dónde está nuestro mercado, y movernos por los mismos sitios que nuestro target.
Por ejemplo, en qué redes sociales se mueven.
El análisis no solo se tiene que hacer al principio del todo. ?
Hay que vigilar si con el paso del tiempo no nos hemos desviado de nuestro objetivo, y si seguimos ligados a los valores que queremos.
También es posible que por el desarrollo que tengamos, haya que replantearse a qué público nos dirigimos.
Tal vez podamos ampliar horizontes, o por el contrario volvernos más concretos.
Ahora ya conoces algunas cosas importantes sobre el branding.
Así que, ¿a qué esperas?
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